lunes, 26 de diciembre de 2016

LA CREENCIA EN LOS REYES MAGOS

Han pasado 40 años desde que cambié mi creencia en los Reyes Magos.

Tú, al igual que yo, también has sido niño/a y te habrá pasado lo mismo que a mí. Que un día dejaste de creer en los Reyes Magos. Crees algo en tu vida hasta que llega un día que dejas de creer en ello. 

Habiendo sido niña y ahora que soy madre, soy consciente de la inocencia que tenía entonces para llegar a creer en Melchor, Gaspar y Baltasar.

Miramos con las gafas que nos pusieron
Tú, al igual que yo, también has sido niño/a y te habrá pasado lo mismo que a mí. Que un día dejaste de creer en lo Reyes Magos. 

Las creencias se gestan desde niños, a esa edad en la que la inocencia está tan presente, que todo te lo crees.

Y, ¿qué es una creencia? Una creencia es el sentimiento de certeza sobre el significado de algo. Es una afirmación personal que consideramos verdadera y toda creencia lleva implícita una emoción.

Recuerdo muchas cosas de mi infancia. Recuerdo los días de las Fiestas y en especial la noche que llegaban los Reyes Magos,  seguramente, por la emoción asociada a la creencia en ellos. 
Te cuento parte de mi infancia y hasta dónde llegó mi INOCENCIA. 
Ya verás. 
Mi madre tenía como negocio un comercio donde se vendían artículos de regalo, televisores, pilas, bombillas, artículos de navidad y JUGUETES, todos los juguetes de moda.


A finales de noviembre llegaban a mi casa camiones cargados de juguetes.  Se descargaban entre todos los niños  del vecindario. Ya en la tienda, se sacaban de las cajas, se organizaban, se etiquetaban y decorábamos los escaparates una noche y parte de la madrugada. Era el gran momento esperado por todos los  niños del pueblo. La gran ilusión del año para niños y para mí. Todos los juguetes estaban en mi casa, en MI TIENDA, disponibles durante todo un mes. Podía jugar y disfrutar de coches teledirigidos, bicicletas, caballitos de ruedas, motos teledirigidas, escalextri, cinexin y muñecas. 

A lo largo del mes de Diciembre algunos padres venían con los hijos y otros venían solos y le decían a mi madre: "Rosi, guárdeme, tal, tal, tal, y tal cosa". Mi madre entonces cogía los juguetes y los ponía dentro, en una sala que separaba la tienda de la que ya era mi casa, (estaba mezclado negocio y vivienda familiar).
Por la noche cada uno tenía asignada una tarea:
Papá envolvía los juguetes con papel marrón y los identificaba con una etiqueta.
Mamá, sentada en el extremo de la mesa camilla debajo del reloj de pared y tapada con las enagüillas en el brasero de butano, anotaba la entrega a cuenta, el nombre del padre y el número de juguetes reservados. 
Mi yaya en la cocina hacía la cena para reponer energía. 
Mi abuelo, Juan,  encargado de  hacer las etiquetas donde mi madre escribía el nombre y número de bultos por padre/madre. Y mis  hermanos y yo teníamos la tarea de subir los paquetes a la segunda planta, que llamábamos "TODOLOALTO". Escaleras arriba, escaleras abajo cargados de paquetes, bicicletas, etc. Así pasábamos todas las Fiesta de Navidad, ayudando y jugando en casa. Si estaba mi prima Esther, ella hacía de todo, como nosotros. 


Los días previos a la noche de reyes venían otra vez los padres a recoger los juguetes. Nos decían el nombre, buscábamos el número asignado y el número de bultos (digo bultos, porque no eran paquetes, sino bultos) y mi madre me decía a mí y a mis hermanos, cosas de este tipo: "Montse, bájate dos del 145, uno es un triciclo". Y allí que yo iba escaleras arriba, a  "todoloalto", buscaba los bultos y los bajaba, se los entregaba al padre y éste pagaba a mi madre.


Aún así y visto lo visto, la noche de reyes me iba con toda la ilusión del mundo a ver la Cabalgata de los Reyes Magos y a coger caramelos. Cenaba en familia y me iba a la cama esperando que los Reyes me trajeran lo que les había pedido. Había escrito mi carta y  depositada en el buzón de correos amarillo que había en la plaza del pueblo (el paseillo). Cenaba nerviosa y me acostaba nerviosa pensando que los Reyes Magos estaban por venir. Mi Rey Mago era Gaspar. Recuerdo que un año le pedí el caballo de Curro Jiménez y la pistola, porque yo quería ser bandolera.
A la mañana siguiente, en la primera planta de mi casa y fuera de mi habitación estaban los juguetes que yo había pedido y muchos más. Eran los mismos juguetes que el día anterior estaban en la planta de abajo, en la tienda pero, eran diferentes para mí; "Me los habían traído los Reyes Magos". 

Pensaba que era una niña muy muy buena pues siempre me traían muchos más juguetes de los que había pedido. Pocas veces pedía muñecas, pero siempre me dejaban algunas como la Barriguita, la Barbie, el nenuco, la lesly, el Ken o la pepona. Yo era más de scalextric, coches, playmobil, y patinetes. 


Y así de inocentes somos cuando niños. La ilusión de...la creencia en...la esperanza de...
Creemos todo lo que nos dicen hasta la edad de 8, 9 años. Creemos en el Ratón Pérez, los Reyes Magos, que vamos al infierno, si eres malo y, al cielo, si eres bueno. A la edad de 8, 9 años empezamos a hacer nuestras propias interpretaciones de la realidad, los primeros juicios, entramos en la dualidad de esto es bueno o esto es malo. Pero hasta esa edad, nos lo creemos todo. 


Si eres padre/madre, estas a tiempo de modificar la carta de los Reyes Magos de este año.

Revive esos momentos de inocencia en la que te  creías todo lo que te decía tu madre, tu padre, tu abuela. Recuerda lo que te hicieron creer y pídele a los Reyes Magos:  "el deseo de transmitir a tus hijos aquellas creencias que lo harán un Ser sin limitaciones, libre y con confianza en ellos mismos".

Si te gusta comparte. Y si dejas un comentario en mi blog te lo agradezco. 

Felices Fiestas y que los Reyes Magos vuelvan a hacer  MAGIA este año 2019.















7 comentarios:

  1. Precioso, y las fotos, más...
    La inocencia está siempre, debajo de toda creencia. La inocencia es lo que sostiene la creencia. Sin inocencia no podría existir ninguna creencia.
    El hecho de conservar cualquier creencia, es precisamente lo que demuestra la inocencia de las consecuencias de esa creencia.
    Somos inocentes, llenos de amor y libres.
    Feliz Navidad.����

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  2. Precioso, y las fotos, más...
    La inocencia está siempre, debajo de toda creencia. La inocencia es lo que sostiene la creencia. Sin inocencia no podría existir ninguna creencia.
    El hecho de conservar cualquier creencia, es precisamente lo que demuestra la inocencia de las consecuencias de esa creencia.
    Somos inocentes, llenos de amor y libres.
    Feliz Navidad.😘😘

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  3. Que mágicos y bonitos momentos aquellos!!!.
    En mi memoria permanecen vivos esos recuerdos.Iba a la tienda de "Rosi", a encargar con mi querida madre los juguetes para mis sobrinos,para mi misma, y los regalos para mis hermanos y familia. Estaba la ilusión y emoción de esos días tan a flor de piel, que el visitar la tienda decía mi madre era para facilitar el trabajo a sus Majestades,junto a la entrega de cartas. Hoy día siendo yo madre de 3 "maravillosos luceros", digo lo mismo a mis hijos. Tenemos que ayudar a sus Majestades, ya que están mayores y sois muchos los niños para atender...Me maravillo y emociono con la ILUSIÓN y EMOCIÓN de mis hijos en estos dias. Preparando todos los detalles con el mismo cariño,delicadeza y generosidad que yo cuando estaba en su lugar.
    Os deseo a todos unas navidades y reyes cargados de magia, con buenos y bonitos momentos por compartir. Y que el año nuevo supere con creces al que estamos finalizando.

    Un beso enorme.
    Eva M.Durán Cano.

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  4. Que mágicos y bonitos momentos aquellos!!!.
    En mi memoria permanecen vivos esos recuerdos.Iba a la tienda de "Rosi", a encargar con mi querida madre los juguetes para mis sobrinos,para mi misma, y los regalos para mis hermanos y familia. Estaba la ilusión y emoción de esos días tan a flor de piel, que el visitar la tienda decía mi madre era para facilitar el trabajo a sus Majestades,junto a la entrega de cartas. Hoy día siendo yo madre de 3 "maravillosos luceros", digo lo mismo a mis hijos. Tenemos que ayudar a sus Majestades, ya que están mayores y sois muchos los niños para atender...Me maravillo y emociono con la ILUSIÓN y EMOCIÓN de mis hijos en estos dias. Preparando todos los detalles con el mismo cariño,delicadeza y generosidad que yo cuando estaba en su lugar.
    Os deseo a todos unas navidades y reyes cargados de magia, con buenos y bonitos momentos por compartir. Y que el año nuevo supere con creces al que estamos finalizando.

    Un beso enorme.
    Eva M.Durán Cano.

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  5. Que recuerdos.... La ilusión de la noche de lo Reyes magos era inmensa, una noche mágica! Y es importante q los adultos, cuando ya no creemos en la magia, sigamos teniendo ilusiones, porq la vida es más bonita con ilustraciones.

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  6. Lo primero me he emicionado y llorado a moco tendido porque yo he estado tantas vaces fuera y dentro de esa tienda con las narices pegadas a los escaparates soñando... Y tu madre tan fantastica siempre sonriendo tan alta, y tu abuelo y tu padre y tu hermano mayor al que tb recuerdo tras el mostrador... . luego cuado ya era mas mayor e iba con mi querida pupi a buscar regalitos para los padres y para nosotras... . Y yo siempre te imaginaba jugando con todos los juguetes como bien describes y pensaba: vaya suerte que tiene Montse. Me hace gracia que lo cuentes asi pues es exactamente como yo lo imaginaba... . en fin muchas gracias por esta historia tan bonita y esas imagenes que me hacen sonar aun.
    Aqui no hay Reyes, es Pere Noel, y os parecera tonto pero no consigue hacerme sonar. Como los reyes . les preparo todo a mis hijos como me hicieron a mi pero falta la magia de la cabalgata de los caramelos .... Ellos creen igual y se levantaron ayer y hasta vieron en el jardin las cacas de los renos... Jajaja... Y a Ali anoche se le cayo un diente cuando yo estaba ya medio dormida y esta manana corri a meterle una moneda y me pillo levantando la almohada. Le dije que le estaba haciendo la cama y en eze momento corrio de nuevo a mi cama donde habia dormido y dejado el diente y nio que estaba este pero no la moneda... Total termino mirando bajo su cama y claro estaban las monedas... Y salto de alegria como ayer con el Papa noel . incluso si dice que son los padres... Jajaja...
    Bueno yo solo queria decir muchas gracias por tu historia Montse

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  7. Precioso relato. Te comparto el que vivimos justo hace un año con nuestra hija, que hoy tiene 11 años. Va justo de esa ilusión y de la decisión de creer en la magia de los Reyes: http://familiade3hijos.blogspot.com.es/2015/01/reyes-y-ratoncitos_23.html

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