domingo, 11 de diciembre de 2016

MEDITAR CON UN AVIÓN?



En mi época de mujer controladora, perfeccionista, víctima, sufridora, superwoman,  madre tóxica, gestora, veterinaria, recepcionista, deportista, cirujana, anestesista, taxista, etc, llegaba a casa exhausta, sin poder dar nada más de mí, y aún así, sacaba fuerzas para desempeñar mi labor de ama de casa. 

Cuando me metía en la cama, necesitaba dos horas más para poner orden a todos los pensamientos generados durante el día, a los cuales no había prestado atención.

Daba 20 vuelvas en la cama antes de conseguir dormirme y para entonces, mi marido,  ya llevaba 3 horas de plácido sueño. 

Ante la desesperación de no poder dormirme, él me decía:  Lo único que tienes que hacer, es "el avioncito, cariño, el avioncito".



A la vez que me decía, "EL avioncito cariño, el avioncito", ponía sus dedos sobre su frente y lentamente los desplazaba de un extremo al otro. Me ponía de los nervios¡¡¡¡ errrmmm. Para él era tan simple y tan fácil como dejar la mente en blancoooo, imaginando que su avión salía por un lado de la frente y cruzaba de punta a punta su cabeza, mientras se relajaaaaaaba y no pensaaaaaaba en nada....y antes de que su avión llegara al otro extremo, ya estaba frito en el sofá, dormido como un bebé. Lo fácil que era para él,  y lo difícil que era para mí. Que envidia me daba¡¡¡

¿Dejar la mente en blanco? 
¿No pensar en nada? 
Con la cantidad de pensamientos que tenía que ordenar  para que estuvieran listos a la mañana siguiente.

¡Errrmmm¡¡

¿TE SUENA ESTO CONTIGO?

Priorizar
Organizar
Ordenar
Preveer
Establecer
Posponer
Hacer
Mandar
Exigir
Aplazar...

"Avioncito cariño, avioncito"...

y frito.

Pues he necesitado muchos  avisos y señales del universo para darme cuenta de lo importante que es saber controlar tu mente, saber cómo funciona y conocer las ventajas de la meditación. 

La de kilómetros que hizo "mi avioncito" cargado de preocupaciones, pensamientos absurdos y repetitivos, responsabilidades que no me correspondían, quejas y juicios.

Los llevaba en cabina, en la  bodega y hasta en el tren de aterrizaje, la sala del piloto, el alerón y depósito de la gasolina. Mi avioncito iba cargado de un sitio a otro, de una oreja a la otra, paseándose por todo el lóbulo frontal sin destino, sin pista de aterrizaje.

El estudio que estos dos  años últimos he hecho sobre la mente, la neuroplasticidad, nuestros programas inconscientes, la consciencia plena, el mindfulness etc, me ha hecho comprender la importancia de pilotar correctamente mi avión.

Ahora soy capaz de hacer despegar el avión, ligero de peso, sin pasajeros ni equipaje y llevarlo de un extremo al otro de mi cabeza, sin turbulencias y entrando en un estado de relax, paz y meditación que permite que sea el universo quien ordene el desorden generado por mi. 

Esto lo he practicado con el Doctor Joe Dispenza a través de sus vídeos y talleres.   Os aseguro que cuando aprendes a meditar y entrar en ese estado de "Sin Cuerpo, Sin Espacio y Sin Tiempo"no  quieres que el avión aterrice nunca. 

Feliz meditación. Digo, "Felices Fiestas". 

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