Hace tiempo un amigo me dijo:
Montse, tú eres resiliente.
Perdoooonnaaaa, le dije yo. ¿Eso qué es?
Me lo explicó, leí sobre la resiliencia y desde aquel día aprendí que quería seguir siendo más resiliente si cabe.
Hoy en día, en momentos de pandemia se habla de países resilientes, de economía resiliente, de turismo resiliente y, yo me pregunto: ¿Se puede aplicar la resiliencia a todo.
Me cuestionaba la pregunta de mi amigo y quería saber si yo había nacido resiliente o si, enfrentarme a mis conflictos y situaciones de dificultad me hizo serlo.
¿Cómo entiendo yo la resiliencia? ¿La resiliencia se aprende o es innata?
Creo que constantemente se nos
está invitando a ser resilientes. La manera en la que te enfrentas a situaciones difíciles te hace más fuerte emocional y mentalmente y por tanto, más resiliente. Las dificultades en nuestras vidas se presentan de diferentes
maneras, un accidente, una enfermedad, la pérdida de un ser querido, el sentirse abandonado por alguien...
Ante una situación así te puedes preguntar:
¿Se puede sacar algo positivo de ello? Si eres
capaz de ver una oportunidad en aquello que parece algo catastrófico y terrible, ya te estás permitiendo ser una persona resiliente.
Si quieres ser resiliente, puedes seguir los siguientes consejos:
No maldigas al
destino o a la mala suerte la situación que estás viviendo. No gastes tu energía en ello. Es de resilientes
enfrentarse a la situación sabiendo que no hay fracaso sino un aprendizaje.
Adáptate al cambio. La adaptación al cambio es lo que
yo llamo salir de la zona de confort, esa zona metafórica
en la que estas cuando te mueves en un entorno que dominas. En ella las cosas
te resultan conocidas y cómodas sean éstas agradables o no. Tus hábitos, tus rutinas, tus creencias,
tus actitudes y comportamientos son también parte de tu zona de confort.
Te recomiendo leer el libro: Un hombre en busca de sentido (Viktor
Frankl). Hay pocas cosas más duras que vivir prisionero en un campo de
concentración. Cita el libro: El hombre
puede conservar un reducto de libertad espiritual, de independencia mental,
incluso en aquellos crueles estados de tensión psíquica y de indigencia física).
Sé flexible: Un muelle se puede estirar, estirar y estirar, y así son las personas
resilientes. Flexibles, capaces de adaptarse al cambio, aprender, y ser felices
en la nueva situación. Cambiar de móvil, de pareja, de cultura, de trabajo, de lugar de residencia, incluso de amigos, es aceptada por personas que se asemejan a un muelle.
Ocúpate de ser feliz. De igual modo no hay que
obsesionarse por buscar la felicidad, ni por alcanzarla, hay que ocuparse de
ser feliz mientras vives. La felicidad no es estar todo el tiempo riendo y
contando chistes, no es estar siempre contento. La felicidad es un estado de
ánimo estable, en Paz y Armonía. Sería impensable que pudiéramos vivir sin
momentos de tristeza, rabia, dolor o de dificultad, pero ¿Cómo vives a nivel emocional una situación de dificultad? ¿Te frenan los miedos o
sigues avanzando con motivación y creatividad?
Aprende a gestionar la tensión emocional.
Practica algún tipo de deporte
Dicen los científicos que trabajar la forma física te hace ser
mentalmente más fuerte y si no estás fuerte mentalmente no lo vas estar físicamente. Las personas que están en forma físicamente, son más resilientes en el trabajo. Sentada en una silla de ruedas, en épocas de bajón de mi vida, incluso durante mis embarazos, nunca dejé de hacer ejercicio físico.
Se sabe científicamente que existe una gran relación entre la salud física y emocional. Para empezar a ser resiliente hay que empezar a nadar, correr o montar en bicicleta.
Observa dónde pones tu atención. Una persona resiliente se centra en las soluciones y no en el problema. Dónde pones tu atención, pones tu energía y creas una u otra realidad. Aquí os puedo
contar que cuando estaba en la silla de ruedas y llegaba a un escalón de esos de
¡madre mía!, podía elegir entre: cagarme en el arquitecto, maldecir la silla de
ruedas, darme pena de mí misma o pedir ayuda para subirlo.
Practica la meditación o contemplación. El Presente,
el aquí y el ahora. Este tema está muy de moda. Soy consciente de que aún me pillo en
el pasado o en el futuro en muchos momentos de mi vida. VIVIR EL PRESENTE PARA RESOLVER MEJOR LOS CONFLICTOS O DIFICULTADES.
Sé perseverante y constante. El que la sigue la consigue, no
tires la toalla. ¿Te suena?
Más de 1000 bombillas fallidas hizo Tomas Édison
hasta que consiguió la que funcionaba. Pero ¿fueron intentos fallidos?. Pues no, no fueron mil intentos fallidos, fue un
invento de mil pasos, así lo describía el inventor de la bombilla. Es la diferencia entre tirar la toalla o ser persistente.
Hoy se ha visto que niños y
adolescentes con mucha inteligencia, alto coeficiente intelectual y con mucha salud mental, no han conseguido lo que si lo han hecho los que eran
persistentes/perseverantes y tenían salud emocional. La perseverancia y la voluntad son la
cualidades que más cuentan para el éxito académico, laboral y personal.
Aprender a abandonar y aceptar es de resilientes, no de cobardes. A veces la mejor solución a un problema
es aceptar que no lo puedes controlar. Una vez lo aceptas, dejas de chocar una y otra vez contra el mismo
obstáculo.
Ten esperanza
Tener
esperanza ante las adversidades es de resilientes.
Para mí la resiliencia es la capacidad de asumir el dolor, aceptarlo y aprender de él sabiendo gestionar tanto nuestras emociones como nuestras respuestas para sobrellevarlo del mejor modo posible.
¿Se nace resiliente o se hace?
No lo sé. Lo que sí sé es que puedo decidir si quiero o no superar adversidades y convertirme en mejor persona.
¿Pueden las empresas, instituciones, países, la economía, la industria, la educación...ser más resilientes?
Y si te gusta ...comparte. Mil gracias.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Puedes dejar un comentario