¿Quién eres? |
En más de una ocasión me sentí mal al ver que mi IDENTIDAD estaba
siendo menospreciada. La integración y consolidación de todos los precedentes
de mis vivencias se estaban deteriorando. Dejaba de ser Montse, para pasar a
ser un caso clínico o un número de historia clínica.
Recuerdo que en una ocasión fui presentada como: "ella es una Lesionada medular D 12 - L 1".
Eso me pasó en mi primera cita con la
psicóloga en el Hospital de Toledo.
Cuando terminó mi presentación al resto del grupo, le dije, "perdone, mi nombre es Montse Chinchilla
y tengo una lesión medular D12 L1". Ella se disculpó.
En otro momento, en una exposición de "mi caso" en
el Hospital Clínico de Málaga, sucedió lo mismo. EL traumatólogo me presentó
como: "Ella es un caso de Lesión
medular completa D 12 - L 1 que ha
recuperado movilidad". Aquí no dije nada, agaché la cabeza sintiéndome
fatal. Por dentro me decía: soy Montse, soy una persona y tengo un nombre.
Empezaba a ser un "Caso Clínico" y entre mis
amigos y conocidos alguna vez era recordada como: "aquella
que tuvo el accidente y se quedó parapléjica… en silla de ruedas".
En sucesivas experiencias de mi vida me sentía perdiendo mi
Identidad. Me preguntaba entonces: ¿Quién soy? ¿Cuál es mi identidad?, ¿Con
quién me identifico? ¿Qué creo que soy?
Esas preguntas que me hacía tenían un origen. ¿Por qué percibía mi falta de identidad como un problema?. ¿Por qué quería sentirme especial? El deseo de ser especial es el que da lugar a la identidad y al especialismo.
Aquí empezaba a despertase la curiosidad de saber algo más
sobre mí. Todos tenemos momentos en los que hemos sido puestos a prueba, tanto
a nivel de creencias como de supervivencia. Realmente en esos momentos, no
sabía quién era. Esos sentimientos tan malos, en esos momentos de falta de
identidad, fueron en realidad "mis mejores
guías". Sentimientos que
llamaba y etiquetaba de MALOS, fueron los que me guiaron
a mi propia verdad.
Sigo rebobinando mis experiencias y me doy cuenta que la
percepción que tenía de mi identidad ha cambiado. Lo que entonces creía ser,
Montse, mujer, 30 años, soltera, veterinaria, luchadora, trabajadora, amante de
mi profesión, no creyente, agnóstica, deportista, cabezona, poco asertiva, nada cariñosa, hija, nieta, ambiciosa etc
etc etc…no era más que la creencia que yo tenía de ser quién era. Ahora, sé que
el hecho de presentarme como un caso clínico, o como un número de historia
clínica, como una profesional veterinaria o como luchadora, no tiene la mayor
importancia. Todo son creencias y percepciones y llegas
a cuestionarte si lo que crees que eres, realmente es. Posterior a mi accidente, he seguido teniendo experiencias enriquecedoras que me han llevado a continuar en la búsqueda. Cuando estás bajo la presión de dificultades en tu vida, es el momento de des- aprender lo que hasta ahora habías aprendido.
Cuando entras en
conflicto entre lo que crees que eres con lo que te identificas, estás en el
momento de búsqueda del cambio. Tienes que estar a la escucha, pendiente de
esos momentos de tu vida que te hacen llegar
a lo más profundo de ti mismo y
encontrar esa creencia nueva que te
dice "hazlo", cambia.
No puede ser de otra manera: Si tienes fe en lo pequeño tienes fe en lo grande. No eres una persona,
eres un SER.
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