¿QUIÉN DIJO MIEDO?

¿Quién dijo miedo?

La aventura “MasterChef” comenzó hace 6 meses el día que Sonsoles me llama por teléfono y me dice, “Montse, me he presentado al cásting de MasterChef”.

¿Qué dices? le pregunté con asombro. Yo quiero estar en el plató. Así que también presenté mi candidatura como aspirante. 

A partir de ahí, ella superó duras pruebas y a mí me invitaron a seguir intentándolo los próximos años. Lo que sigue lo habéis conocido a través de la pantalla de televisión.

Sonsoles cocinando su Pad Thai

Sonsoles me pidió acompañarla a competir con los otros 49 aspirantes. “Montse, ¿vendrías conmigo?” me preguntó. “Allí estaré contigo para compartir otra experiencia juntas”. 

Compré el billete de AVE que me llevaría a Madrid para darle todo mi apoyo, mi energía y compartir la ilusión de verla en televisión dando un mensaje tan bonito como emotivo.

“Los límites se los pone cada uno y sobre todo están en los ojos del que mira”, decía ayer Sonsoles.

Una farmacéutica de 24 años y una veterinaria de 30, preparadas y dispuestas para disfrutar de la vida como profesionales de lo que nos apasionaba y de repente, un accidente de coche y otro de moto, nos paralizan. Llegan momentos muy duros, difíciles, lágrimas, llantos desconsolados sobre la almohada en una habitación de un hospital, suspiros de desconsuelo, rabietas como niñas, rebeldía y odio a la vida misma. Nos preguntábamos en silencio: ¿por qué a mí?, ¿qué he hecho para merecer "esto”?

Quedamos inmóviles, nos adentramos en nosotras mismas y nos escondimos tal cual hace una oruga cuando se encierra en su cápsula protectora, el capullo en forma de crisálida.

Conocimos y compartimos aventuras con otras personas que estaban en igual o peor situación que la nuestra, pero siempre rodeadas de nuestros familiares, con el apoyo de nuestros amigos y los cuidados de celadores, enfermeros, rehabilitadores y médicos. Vivencias desde el más profundo dolor, pero con la esperanza de ver luz más allá del túnel. Y así es como llegó el mayor de nuestros aprendizajes.

Un día, por arte de magia, tras la aceptación de la nueva situación y tras meses de transformación dentro de nuestro capullo, comenzamos a vivir nuevas experiencias. Decidimos salir de nuestra coraza, enfrentarnos a nuestros miedos y afrontar el cambio con unas alas que nos permitieran volar de nuevo.

Pasamos de estar quietas, inmóviles y paralizadas a vivir momentos de lucha, coraje, esfuerzo, entrega, dedicación, alegría, risas y diversión.

Ahora estamos confinados en casa por una alerta sanitaria, un virus que amenaza de nuevo nuestras vidas. Nos quejamos de lo que hace o no hace el otro, el vecino, el gobierno, sus asesores, los ministros, sin preguntarnos, ¿y qué hacemos nosotros para salir de la cápsula protectora? Estamos en un momento muy difícil que nos invita a la reflexión y a la transformación de crisálida a mariposa.

Mirando al pasado me doy cuenta de las muchas oportunidades que constantemente se me han presentado en la vida. Oportunidades que llegan en forma de pérdida de un ser querido, ruptura de pareja, tener que cambiar de trabajo o un accidente de tráfico. Lo realmente importante no es la forma en la que se me ha presentado esa oportunidad, sino lo que he decidido hacer con ella.

Lo que parece una tragedia, cuando la oruga se encierra en su capullo como si fuera el fin de su vida, es el mayor de los aprendizajes, y la oruga se transforma en crisálida que necesita salir por ella misma, con dolor y esfuerzo para desplegar sus alas y volar.

Decía ayer Sonsoles que “ahora no quiero aprender desde el dolor pudiendo hacerlo desde el disfrute”.

Quería estar en el plató de MasterChef y no imaginé que lo haría en compañía de mi gran amiga Sonsoles. Te dedico esta entrada en mi blog, deseando que superes semana a semana todos los retos que te propongas y que cuando vengas a Málaga me cocines excelentes platos vegetarianos. 

¿Quién dijo miedo?

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